En Chile, la inequidad territorial es un problema persistente y agudo que afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Esto se debe a la existencia de grandes desigualdades entre las distintas regiones del país en términos de acceso a servicios básicos, oportunidades laborales y calidad de vida en general.

Las mujeres que viven en zonas rurales o de bajos ingresos suelen enfrentar mayores dificultades para acceder a servicios de salud de calidad, educación y transporte público. Además, estas mujeres tienen menos posibilidades de participar en la vida laboral y política, lo que limita su capacidad para influir en las decisiones que afectan a su comunidad y a su propia vida.

La falta de acceso a servicios básicos también puede llevar a una mayor vulnerabilidad a situaciones de violencia de género y a una mayor exposición a condiciones de trabajo precarias y mal remuneradas. Esto puede contribuir a un ciclo interminable de pobreza y exclusión social para las mujeres y sus familias.

Es importante que se tomen medidas concretas para abordar la inequidad territorial en Chile y garantizar que todas las mujeres tengan acceso a oportunidades igualitarias y a una vida digna. Esto incluye inversiones en infraestructuras y servicios básicos en zonas rurales y de bajos ingresos, así como el fomento de la participación de las mujeres en la vida laboral y política. Solo de esta manera se podrá lograr una sociedad más justa e igualitaria para todas las personas, independientemente de dónde vivan.